
Yo estube ahí...
baile en los tejados, volé sobre los techos,
me alumbraba la estrella triste que tintineaba su fábula de amanecer, en un vaivén negándose a desaparecer...
Me dibujé en tus ojos tristes,
respiré tu esfuerzo solidario; me hice parte de tu inocencia solo queriendo darse inocente
Me desperté con las flores que soñaban con el sol.
Pero me diste vuelta la página - me cerraste el libro de tu historia inconclusa...
me miraste con la noche en tus pupilas y tu espalda fué el saludo de tu estampa para no dar la cara y olvidar...
3 comentarios:
El libro nunca termina de escribirse, y creo que a veces un ir puede dar lugar a unir. Usa la distancia a tu favor.
Tienes razón... es la distancia la que da lugar a unir y valorizar lo añorado
_pareciera que casi hablas pajaristico. me alegro por ti.
felicidades..
juanjo.
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